La reina de los Ángeles

Sada, 1886

Contaba la gente mayor de muchísimos años atrás y así se fue pasando de generación en generación la siguiente leyenda. Decían que un barco procedente de Inglaterra navegaba siguiendo su ruta. De repente se desencadenó una terrible tormenta y el barco estuvo a punto de hundirse. En el barco llevaban una imagen de piedra que representaba a la Reina de los Ángeles. Ante el peligro que estaban pasando, el capitán prometió dejar la imagen, si se salvaban en el primer puerto que encontraran, y así llegaron al pequeño puerto de Fontán. Estaban dispuestos a dejar la imagen, pero vieron que era un lugar muy pequeño y la Iglesia estaba lejos, así que al ver que la tormenta cesaba, volvieron a alta mar llevándose la imagen. Otra vez en alta mar volvió la tormenta y temiendo lo peor volvieron a Fontán y esta vez sí dejaron la imagen. La gente de Fontán la recogió y la llevaron a la Iglesia que es donde está desde entonces. Los fontaneses siempre consideraron muy suya esta imagen y todos los años le dedicaban el mes de mayo para celebrar lo que llamaban el mes de las Flores, con cantos y misa cantada dedicada a la Reina de los Ángeles.

Añado una nota que aparece en las notas de la hoja parroquial que dice que en el año 1886 por 150 barrotillos, siete maderas de pino de Holanda, nueve libras de pintura, y jornales de dos carpinteros para construir un nuevo camerín para la Reina de los Angeles, se pagan 227 reales.