Cuando sus Majestades los Reyes, visitaron Galicia por primera vez vienen a La Coruña. La Sociedad les obsequió con la Aguja de la Sociedad, consistente en una aguja de madera de las que se usan para coser las redes. La aguja estaba esmaltada y llevaba una plaquita de oro, en la que se grabó: La Sociedad R.C y D de Sada a SS. MM. D. Juan Carlos y Doña. Sofía, como recuerdo de su primera visita oficial a Galicia. Y fue la niña Loly Mosquera ( hija de Socio ) la encargada de entregársela.

Años atrás, se hacían regatas en Sada. Poco a poco fueron desapareciendo. Esta trainera llamada Cidade de Sada competía en las regatas sadenses. Pasaron los años y nada se supo de la Ciudade de Sada. Una pena, ya que las regatas siempre fueron un número fuerte en todas las fiestas de nuestro pueblo.

Sada fue en su época el principal puerto de tratamiento de pescado de la ría. En el año 1919 había catorce fábricas de escabeche, salazón y conserva. En el año 1931 había diez factorías de pescado en Fontán, que exportaban a muchos países. Estas fábricas daban trabajo a gran número de mujeres. Aquí vemos algunas de ellas en una de las fábricas más famosas como fue A XEFA.

Todo este grupo de mujeres dispuestas a aprender a bordar, hacen esta foto con Claudina y su padre, el señor Nicanor. Su padre vendía las máquinas y Claudina le acompañaba para enseñar el manejo de las máquinas. Estas mujeres están empezando un curso con las máquinas Singer. Esto ocurre en algún lugar de la provincia de La Coruña. Bastantes años después ya casada, Claudina enseñó a muchas jóvenes a bordar, cosa que realizaba en su Mercería en Sada.

Claudina además de tener una de las más famosas Mercerías de Sada, también enseñaba a bordar y eran muchas las jóvenes y menos jóvenes que luego de comprar su máquina iban a Claudina a aprender a bordar. En aquellos tiempos las que no estudiaban aprendían un oficio, que unas veces era costura y otras bordado. La foto está tomada delante del lugar donde aprendían y al fondo la furgoneta de Alfa, una de las máquinas más famosas.

A final de Curso en la Escuela Sada y sus Contornos, solían exponer los trabajos que se realizaban durante el curso y todos los alumnos disfrutaban exponiendo todos sus trabajos realizados durante el año. Aquí podemos ver dibujos, trabajos manuales de los cuales los alumnos se sentían orgullosos. Sada y sus Contornos fue en aquellos tiempos una escuela modélica.

Osedo está a un paso de Sada y pertenece al municipio. Esta es la escuela que había allí. Es unitaria, no se ven niñas. Los alumnos están atentos a las explicaciones del profesor o al fotógrafo que los está retratando. Hoy día no hay escuela en Osedo. Todos pasaron al Colegio de Mondego.

Estas jóvenes sadenses todas engalanadas se disponen asistir a una boda. La foto fue tomada en Sada Darriba antes de entrar en la Iglesia. En esa época las jóvenes solían ir muy elegantes. Era la época de los sombreros, de los pequeños bolsos de mano, etc. Todas procuraban ir muy guapas.

Miguel parece que forma parte del escaparate del Ultramarinos de su padre, está todo tranquilo con sus dos años. En otros comentarios ya hablé de dos ultramarinos muy emblemáticos en Sada, Gayoso y la tienda del señor José. Pero desde aquí quiero recordar a otros muchos que existieron en diferentes épocas, años antes de los supermercados de hoy. Empezaré por los más antiguos: Ultramarinos Dans, El Barato, Quintán, Juanita y Gumersindo en Barrié. Lorenzo en la Chaburra. Eduardo del Mudo, Clemente, Tenreiro y Aguiar en la Avenida de La Marina. Nenita, Pancha y Temprano en la Plaza de San Roque. Lesta en Linares Rivas. Amparo en la Rúa de José Monzo. Cividanes, Encarnación y Ramona en la calle Alcalde Fernandez Pita. Pollán y La Nave en la Plaza del Conde. Y ya por último Ultramarinos El Soulo en República Argentina. Algunos de estos Ultramarinos pasaron por varias manos y así tuvieron diferentes nombres.

Hace muchos años los bailes en la Terraza tenían su fama y las jóvenes de la época se ponían sus mejores galas para asistir a ellos. Aquí vemos a un grupo que parece lo están pasando muy bien a juzgar por las caras de felicidad que tienen.