Antes del 36, Sada tenía seis panaderías. Tres en El Pedregal, una en la calle Mayor, una en la travesía de la calle de la Obra y la panadería de Sr. José de Remigio en la calle República Argentina. Era una de las más reconocidas, el pan y las empanadas del señor José eran muy ricas. Después de la guerra se abrieron otras. La panadería de Remigio es la primera casa por la derecha.

En los años 40, debido a la guerra, la política de Franco y el aislamiento internacional, en España escaseaban los alimentos, así que el gobierno decidió controlar la distribución de las mercancías, asignando a cada persona cierta cantidad de los productos básicos más escasos: azúcar, arroz, aceite, pan, judías, etc que había que recoger con la Cartilla de Racionamiento. La cartilla era como un talonario de varios cupones, donde se indicaba la cantidad y tipo de mercancías que una persona debía recoger en un comercio fijo. Se establecieron en mayo de 1939 y se suprimieron en 1952.

En las viviendas campesinas no faltaba el hórreo. Es una construcción para guardar y conservar generalmente cereales, patatas y frutas, alejándolas de la humedad y de los animales, principalmente ratones. Se levantan sobre pilares desde el suelo y tienen ventilación a través de ranuras en las paredes.

Las viviendas marineras, generalmente estaban adosadas a lo largo de una calle y se extendían muy cerca de la playa, por esta razón muchas veces se veían afectadas por las mareas cuando éstas eran muy vivas en invierno. La mayoría estaban encaladas y generalmente constaban de un bajo y una pequeña buhardilla. Algunas podían tener un primer piso. Los niños son, Rosa, Lito y su hermano Juan.

La vivienda campesina suele estar en un recinto que a veces está cerrado. El recinto que forma el conjunto de la casa, está la misma casa, el hórreo, el alpendre y alguna dependencia más para los animales. Los animales más corrientes son las gallinas, algunos conejos y naturalmente el cerdo. En algunas casas suelen tener vacas y también bueyes que los utilizaban para tirar de sus carros en las faenas agrícolas.Esta casa estaba situada en Mondego. Sada

En verano con noches calurosas, los jóvenes íbamos a "la Trilla" aprovechando la media marea baja. La Trilla era una red alargada que llevaba en los extremos un "calón" (una estaca de metro y medio para flotar) donde se sujetaba la red, la cual llevaba plomos en la parte inferior para que tuviera peso y así poder rastrear y coger el pescado. En la parte superior de la red llevaba corchos. Tiraban dos personas por cada lado y los otros se quedaban a la orilla con el caldero, donde se guardaba el pescado. Solíamos ir en traje de baño, ya que entrábamos en el mar hasta la cintura o algo más. Después de la pesca, solíamos freír los choquitos que pescábamos, dejando el resto de la pesca para repartir entre todos. En la foto se ve la Trilla secándose.

Vista desde el mar, puede verse las casitas y el muro tan famoso de Fontán. Tambien pueden verse las fábricas de salazón.

Esta antigua fábrica de salazón perteneció al empresario D. Francisco Ferrer, empresario con industrias de salazón y comercio de importación y exportación. Fue uno de los hombres de negocios más importantes de la época, llegando a ser alcalde de La Coruña, donde tenía una fábrica de salazón, y vino a Sada a establecerse con otra. Esta fábrica estaba en Fontán (Sada). Este edificio era su fábrica y también su vivienda. Luego en el año 1940 fue comprada por José Mª Blanco Golán y su esposa Manuela Blanco Ramos. Empezó a funcionar con el nombre " La Manola ". En el año 1961 se creó en una esquina la primera fábrica de hielo y posteriormente en el año 1967 la nueva. En esta zona todo eran peñas y el mar llegaba a ella. La entrada a la fábrica se hacía por la carretera de Fontán, al construir el puerto ya tenía acceso por aquí. Hoy día en este lugar se alzan altos edificios de viviendas

Fue fundada por Isaac Diaz Pardo en el año 1949. El 19 de Febrero de 1949, comienza a dirigir la industria gallega de las Cerámicas del Castro, situada en El Castro ( Sada ). Al principio la producción consistió en reproducir una porcelana finísima y transparente. En el año 1951 comienzan las exposiciones de las primeras porcelanas del Castro.