Traballo

Pasamos unha boa parte da vida traballando. A pesca foi a actividade máis destacada no noso pobo, pero tamén se recollen aquí fotografías das telleiras e outras labores.

Paro ecológico

Paro ecológico

Puerto de Sada, 1960

En más ocasiones de las necesarias y deseadas las artes de pesca y los mariscadores de este pueblo se vieron obligados a no salir a faenar, durante varios meses, debido a diferentes accidentes marítimos y ecológicos.

El 30 de Octubre de 1970 el carguero sudanés “Erkowit” fue abordado, frente la “Costa da Morte”, a causa de la niebla y escasa visibilidad por el carguero alemán “Dortmund”. En el choque el más perjudicado fue el buque sudanés. Desde La Coruña salió el remolcador “Rotesand” que condujo el carguero hasta la ría de La Coruña quedando varado, el día 31, frente a la playa de Bastiagueiro.

El carguero transportaba 10 toneladas de pesticidas altamente tóxicos, contenidos en bidones, que se esparcieron por las aguas de la ría. Ya que, a causa del temporal, resultaron inútiles todos los esfuerzos para taponar las vías de agua.

El marisqueo y la pesca estuvieron prohibidos en toda la zona durante casi un año, y el vertido supuso el fin de las bateas de mejillones que, hasta la fecha, poblaban la ría.

La contaminación, muy importante, no fue convenientemente evaluada. Se supone que hubo daños no solo en la fauna, sino también en las personas.

El 12 de Mayo de 1976 otro accidente, esta vez del petrolero “Urquiola”, tiene lugar en la entrada del puerto de La Coruña. Debido a la falta de señalización de una aguja rocosa que no aparecía en las cartas marinas, el petrolero sufrió daños irreparables sobre todo al retroceder, por orden de las autoridades que lo obligaron a alejarse 200 millas de las costas españolas, cosa que no pudo hacer debido a los graves daños sufridos.

En el quinto día de intento de rescate, explotó provocando un incendio acompañado de gran humareda negra. En la catástrofe se derramaron 100.000 toneladas de crudo. La destructora marea negra alcanzó las rías de Ferrol, Ares y Sada.

Las indemnizaciones por este desastre empezaron a pagarse en 1989 y en 1992, todavía el Ministerio de Agricultura y Pesca autorizaba el pago para abonar las últimas que faltaban.

Nuevamente, el 3 de Diciembre de 1992, vuelve a ocurrir otro desastre. El petrolero griego “Mar Egeo” embarrancó a unos 100 metros de la Torre de Hércules, muy cerca de la bocana del puerto de La Coruña, dejando una macha de petróleo de más de dos kilómetros de longitud y veinte metros de anchura que cubría la bahía de La Coruña y que, ayudada por el oleaje y el viento, pronto se extendió a las rías de Ferrol, Ares y Sada.

Cuando el crudo no cesaba de salir, el petrolero se partió en dos y siete de sus nueve tanques estallaron en llamas, volaban bolas de fuego y podían verse verdaderas lenguas de fuego sobre la superficie de las aguas.

La preocupación era mayor entre los marineros y mariscadores que todavía no acabaran de cobrar las indemnizaciones del naufragio del “Urquiola” y veían como, de nuevo, otro desastre amenazaba su medio de vida.

Hubo que desalojar 100 viviendas del barrio más próximo al lugar del siniestro, debido a lo que ya se convertía en una de las catástrofes ecológicas más importantes de la Historia.

Y como las cosas que no se arreglan bien vuelven a suceder, otro desastre se produce, en la misma zona, el 13 de Noviembre de 2002. Esta vez se trata del petrolero “Prestige” cargado con 77.000 toneladas de fuel-oil pesado (producto residual de petróleo y más contaminante que éste).

Su casco empezó a agrietarse, dejando salir el fuel a borbotones, frente a la costa de Finisterre (“corredor” o “autopista” por donde transitan anualmente unos 45.000 buques, con carga peligrosa aproximadamente el 38%). Con el oleaje que había, olas de seis metros, era cuestión de horas que el petrolero se partiera en dos. Se rescata a toda la tripulación poniéndola a salvo en La Coruña.

El barco se dirigía a Gibraltar y se tardan horas en decidir a donde debían remolcarlo ya que, la cooperación internacional fue nula porque nadie quería hacerse cargo del problema. Al final, el barco es remolcado mar a dentro en dirección noroeste y sin rumbo fijo, pero a 250 kilómetros de la costa gallega, el barco se parte en dos y se hunde a más de tres mil metros de profundidad. Era en la zona de las “corrientes de Navidad” (corrientes marinas que se dirigen a las costas gallegas) y nuevamente se desencadena el desastre ya que, la marea negra no tardó en llegar a la costa.

Una vez más toda la costa coruñesa y por tanto, Sada, se vieron envueltos en otra marea de chapapote. Vuelta a amarrar la flota y tanto marineros como mariscadores, así como, las industrias derivadas de los productos del mar, se volvieron a ver seriante perjudicados.

Después de diez años de la última catástrofe todavía están pendientes del juicio que a comenzado hace unos días en A Coruña. Parece que no se puede aprender de los errores, esperemos que ésta sea la última.

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